1 de noviembre de 2010

El triste viaje de la perrita Laika


El 3 de Noviembre de 1957 a bordo del satélite artificial Sputnik II la perrita Laika se convirtió en el primer ser vivo en salir de la atmósfera terrestre. Solo había pasado un mes desde el lanzamiento del primer Sputnik y la URSS tomaba clara ventaja sobre los EE.UU en la carrera espacial. Como nota curiosa decir que cuando se publica la noticia el nombre que se da de la perra es Kudrianka y no Laika.

Según los comunicados de los científicos soviéticos, la perrita había sido adiestrada para mantenerse quieta en su cápsula y comer y beber a intervalos regulares. El objetivo de la misión era demostrar que los seres vivos podían vivir en condiciones de microgravedad. Sin embargo este experimento tenía un pero; no había retorno posible. Este hecho fue apuntado desde el principio por la competencia, es decir, los norteamericanos, recibiendo amplia cobertura por parte de la prensa occidental en general y la española en particular, por razones obvias poco predispuestas hacia el régimen soviético. Desde Moscú se afirmaba que Laika iba a reentrar en la atmósfera y que caería en paracaídas. Pero la realidad era muy distinta, no se podía concretar a ciencia cierta un lugar seguro para un supuesto aterrizaje, y era prioritario que el ingenio espacial no cayera en manos occidentales.

Volviendo a la historia, el diario británico Daily Mirror del 13 de noviembre de 1957 llegó a publicar su esquela, mientras desde Moscú se seguía afirmando que el animal seguía con vida. Lo cierto es que para el experimento no se tuvo en cuenta en ningún momento el bienestar de su protagonista, se la sometió a un entrenamiento muy duro, a ella y a las otras dos perritas seleccionadas, que incluía simulaciones de aceleración en una centrifugadora, confinamientos en espacios cada vez más reducidos, exposiciones a ruidos y vibraciones de todo tipo; todo ello desencadenó un notable deterioro físico del animal, que le produjo desórdenes graves en su organismo.

Los científicos rusos habían planificado que Laika ingiriera en el 10º día de viaje una ración de comida envenenada para acabar con su vida. Durante años la suerte de la perrita fue un secreto del estado soviético y andaron dando versiones contradictorias sobre su suerte, unas veces que había cumplido su misión y la eutanasia proyectada había puesto fin a su vida, otras que había muerto por asfixia cuando las baterías de la nave empezaron a fallar, etc. todas ellas bajo el paraguas del sacrificio en pos de la ciencia. En 2002 el científico Dimitri Malashenkov, integrante del proyecto Sputnik II, en una conferencia en Houston afirmó que Laika murió entre 4 y 5 horas después del lanzamiento debido al sobrecalentamiento y el stress.

En definitiva, Laika fue enviada al espacio sin ninguna esperanza de recuperarla con vida. Después de ella no se volvió a repetir el experimento sin que existiera un sistema fiable de retorno con vida del animal.

Todo el periplo de Laika, fue fruto de una gran improvisación con motivos propagandísticos, ya que Nikita Jrushchov, había ordenado el lanzamiento del segundo satélite para que coincidiera con el 40 Aniversario de la Revolución Rusa, pero este no estaba listo, sería el futuro Sputnik III, por lo que los científicos tuvieron que improvisar uno nuevo en poco más de cuatro semanas, el resultado fue el viaje sin retorno de Laika.

En descargo de los rusos, hay que decir que toda esta polémica se creó por el escenario internacional de la Guerra Fría, ya que en nuestros días se sigue investigando con animales, o con personas, en todo el mundo; y las condiciones de estas investigaciones, en mi opinión, muchas veces dejan bastante que desear. Laika no fue la primera y creo que todavía no ha nacido la que ha de ser la última víctima en "pos del progreso de la ciencia".

Fuentes: Hemeroteca digital del diario La Vanguardia y Wikipedia.
Mis viajes por la historia

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